Monday, July 31, 2006

Frágil

Desde siempre he pensado en lo raro, complejo e improbable es que algo que queremos que ocurra, realmente ocurra. La cantidad de cosas que pueden salir mal son infinitas, y cada una de ella puede hacer que el objetivo final se estropee.

A pesar de ello vivimos haciendo planes a largo, mediano y corto plazo, intentando soberbiamente controlar todas las variables que nos podrían afectar. Una tormenta tropical en el caribe o una nevazón insólita en Europa del Este son las cosas que se me vienen primero a la mente, pero me refiero a la cotidianeidad. ¿Qué pasa con el tráfico que te hace llegar tarde? O la persona que está al lado tuyo cuando se te da vuelta un vaso… Todas esas tonteras de la vida diaria que van goleándonos como la pelota de un taca-taca antes de entrar al arco.

Desde hace cuatro meses que comencé a conversar y salir con una tropa de personajes a los que no conocía y, peor aun, producto de mis prejuicios, discriminaba. Aun no comprendo porque tuvo que pasar lo que pasó para que los conociera ni porque no los conocí antes. Pero al final, como digo yo, hay tres tipos de pregunta: en las que importa la pregunta, en las que importa la respuesta y en las que no importa ninguna de las dos, pues no sirven.

En medio del insomnio de conciliación del que soy victima desde hace los mismos cuatro meses, me preguntaba por este club de personajes y lo complejo que es que seamos tan amigo 17 personas diferentes: familias, costumbres, colegios, carreas y universidades; sin contar que algunos trabajamos y otros no.

Al final, el Club Social y Deportivo Los Intratables es increíble. Poco probable y por lo mismo tan increíble. No he perdido la capacidad de asombrarme como día a día una tropa de gente contesta mails y se preocupa por los demás. Esa “tontera” irracional e incomprensible que se llama amistad. Frágil e improbable, pero cierta.

Finalmente, antes de quedarme dormido concluí algo nada nuevo: hay preguntas que no vale la pena hacerse, porque sus respuestas no aportan nada o porque no tienen respuesta; solamente hay que vivirlas.

Thursday, July 27, 2006

"El Rey ha muerto...

… Larga vida al Rey” Así rezaba el dicho que muchas veces se coreaba entre las tropas helénicas cada vez que moría un rey y se coronaba a su sucesor. Al menos así fue en el caso de Alejandro Magno.

No es descabellado pensar que esa corono que se sucedían unos y otros era el símbolo de poder, del ser rey. ¿Que los diferenciaba? Las formas. El fondo era el mismo. Había uno que se preocupaba de los pobres, otros de los monumentos, otros de los caminos y otros, más inteligentes, de darles pan y circo al pueblo; algo así como las relaciones públicas de hoy.

Era bastante extraño que se exigiera a los pueblos que adoraran a sus nuevos reyes de inmediato y que dejaran nada mas que tres días para el funeral del malogrado rey anterior. Pues, lógicamente, el reinado tiene que comer y juzgar, sea cual sea el rey de turno.

Sin embargo, su majestad, seguía siendo lo mismo. Solo cambiaba la forma. De hecho, la forma de referirse al mismo pocas veces variaba: su majestad o mi rey.

Quizá obedecía a una suerte de necesidad de los pueblos que se sentían desprotegidos frente a los bárbaros o ante los demás reinados. Necesitaban tener una figura de autoridad que los cuidara y protegera; una suerte de padre sabio y justo que fuera garante de estabilidad en el reino. Por lo anterior, un reinado no se permitiría estar mucho tiempo sin su garante ni justiciero, sin ley ni autoridad. Había por ello, que reponerlo lo más rápido posible.

Esa figura del padre siempre tiene que estar ahí, con forma de rey, con o sin corona, para que el común de la gente no sea dejado solo. Si falta, debe ser repuesto los mas rápido posible, que en lo posible no nos demos cuenta de que faltó. Pero en el fondo sigue representando lo mismo.

Solo así podemos alcanzar la ilusión de continuidad entre uno y otro; entre padre e hijo; entre madre y señora o entre padre y marido…

Monday, July 24, 2006

¿Cicatriz u hoyo?

Viene en los cromosomas del psicólogo clasificar a la gente. Le ponemos unas especies de “post it” amarillos a cada persona, que finalmente no nos dejan ni verle la cara. Es un trastorno de personalidad o un grupo de rasgos. Habemos algunos que lo reconocemos y otros que no, pero siempre estamos viendo síntomas y/o elementos de las personas que no pasan desapercibidos e inevitablemente interpretamos. Llega un momento que es parte de la forma de ser y de vivir que no molesta, que es natural. Al final, seamos sinceros, nos pasamos el día entero juzgando a la gente, psicólogo o no. No quiero decir que esté de acuerdo con clasificar, pero pasa…

Claro está que el Manual Estadístico y Diagnóstico de Trastornos Mentales (DSM IV) o cualquier manual del área agrupa y diferencia las enfermedades por los síntomas o manifestaciones físicas de cada patología y no por su causa. Eso permite tener un lenguaje común dentro del campo de la salud mental, pero no ayuda a mejorar el trastorno a la base de ese síntoma.

Desde hace un tiempo me he dado cuenta de una dualidad en la gente, quizá un nuevo parámetro para clasificar personas: criterio. Como interpreta, procesa y juzga cada quien una misma situación puede ser un elemento que discrimine entre diferentes tipos de personas. Por ejemplo, frente a una pregunta simple, de respuestas bastante limitadas (en lo posible duales) uno puede entender fácilmente como la persona piensa (razonamiento) y el criterio de la misma. Mientras mas candente o picante la pregunta, mejor; mas revela la respuesta de la propia persona.

¿Estás de acuerdo con la regla de los tres meses de “gracia” entre un pololeo y otro?¿Que opinión te merece?

Yo opino que hay dos categorías a partir de lo mismo: los que quedan con la cicatriz y los que viven agrandando el hoyo con otro clavo.

Gracias por ser hombre

Anoche fui al cumpleaños de una muy buena amiga de la universidad. Como era domingo comenzó temprano todo. Tipo 9 estaba sentado en un sillón del living con un pedazo de pizza en la mano. Conversábamos compañero que no nos veíamos hacía tiempo acerca de los profesores, las pagas, el mercado, la especialización y los posgrados.

Como en todo cumpleaños, la cumpleañera deambulaba por todos lados atendiendo a sus invitados y pululaba a ratos por nuestro grupo. Así también entraba mas gente y se incorporaba a los temas que ya hace rato habían dejado de ser los exclusivos de un grupo de amigos de universidad y habían girado a la noche, las parejas y sus derivados.

De a poco, a medida que corrieron las piscolas y las horas, la gente se comenzó a ir. Así, ya divertido, me encontré conversando con una buena amiga de la cumpleañera, la Poly. Partimos por los posgrados, España, mi fetiche con Barcelona, Europa en general, Mykonos y mi tramitado pasaporte Húngaro. Nos fijamos en Barcelona, donde ella había estado viviendo por 6 meses. Había tenido una pésima experiencia con la partner con la que se fue.

La Poly es morena y con el pelo bien crespo. Tiene unos ojos grandes café, pero se caracteriza mas que nada por la voz aguda que acompaña su locuacidad. De a poco, y sin saber como, habíamos pasado por los trabajos de ambos, el monopolio de los grandes supermercados nacionales y habíamos varado en la ropa interior. ¿Cómo mierda terminamos ahí dos extraños en un cumpleaños de domingo?

La verdad es que mi aporte se reducía a las preguntas de un inculto, si bien admirador del tema, que no conoce mucho. Claro, yo solamente me compro un par de boxers cada cierto tiempo, y para jugar fútbol tengo unas patas de lycra…

Lo mas curioso fue entender lo traumático que era para las mujeres comprar estos ítems (ojo que esta apreciación la hago en base a los comentarios de ella y no a una “gran masa de entrevistadas”). Según la poly hay tres categorías para los calzones: de abuelita, de puta o incómodos… Y para eso hubo que dejar fuera el eterno tema del colaless, que de a poco cayó entre los incómodos y los de puta.

Claro, decía, si es muy apretado se escapa el rollo. Por otra parte el colaless da una mejor imagen, pero no es tan cómodo. Solo se usaría, entonces, si el pantalón lo amerita. Para mis adentros, a estas alturas, me imaginaba el dilema en la ducha todos los días cuando había que elegir lo que me pondría: Pantalones A, calzones B… Ah! No! No se puede porque se marcan… entonces los pantalones B. Ah! No! No combinan con la polera C, la que dicho sea de paso solamente se puede poner con sostenes blancos… Cresta! Con razón se demoran tanto en la ducha!

Y cuando pensé que tenía semi dominado el tema y me creía un experto, pasamos a la parte difícil: los sostenes. ¿Alguno de mis lectores sabía que hay 3 tallas para cada sostén? O sea que para que queden bien deben coincidir tres variables!!

Entonces, junto con la explicación técnica se venía la mímica de la prueba de sostenes. Debe haber sido un espectáculo bastante especial ver a esta parcito conversando sentados haciendo todo tipo de mímicas referente al tamaño de las pechugas, la transparencia o el encaje.

Me comentó que siempre que pasaba por la zona de ropa interior miraba para ver si había algo que le gustara, siempre! Porque era tan improbable encontrar algo que había que maximizar las posibilidades. Incluso me confesó que llevaba 4 meses buscando y no había encontrado nada que le gustara 100%. Y pensaba que para mi el mayor dilema era el color...

A estas alturas quedábamos pocos, unas 15 personas. Entonces le comenté acerca de mi disyuntiva cromática. Pues bien, si todo lo anterior era complejo, el color era también un tema táctico y fundamental. “Imagínate ponerme una polera blanca con sostenes negros… Se te trasluce todo!” Claro! Toda la razón, otro factor mas que hay que agregarle a la ducha matutina donde se elige la tenida del día.

Cuando la Poly se iba, solamente le pude decir que daría gracias a Dios por haberme hecho hombre. Se rió de mi empatía.

En el auto, llegando, concluí que jamás le regalaría ropa interior a ninguna mujer: es imposible achuntarle.

Wednesday, July 19, 2006

La pelota no se mancha

De pocas cosas soy tan apasionado como del fútbol. Tengo claro que Pelé fue mas grande que “el Diego” y que siempre le preferiré a Brasil por sobre la Albiceleste, a la que también admiro.

Al Diego le admiro pocas cosas: ambos goles a Inglaterra, su talento y su frasecita: “la pelota no se mancha”. Pensé en su momento que era porque estaba pensado en mancharla con “la dama blanca” (…), pero después entendí. Dirigentes, compras de jugadores, auspicios o Moggiopolis no van a poder ensuciar lo que pasa dentro de la cancha. En la pichanga de la plaza o Antonio Vespucio Liberti repleto. El juego es mas que 22 personajes tras la regalona.

He invertido días enteros jugando y muchos mas viendo fútbol. Es una religión de todos los domingos. Volver de la liga a ver al Barcelona o a Boca. He visto de todo ya y no se si me quede alguna cosa por ver en una cancha de fútbol. Desde un perro a un enfebrecido hincha sin ropa.

Y las joyas… ha visto de todo, desde Chavarría lesionando a Francescoli jugando por la selección, el criminal Materazzi en tantas, el cabezazo de “Zizou”, hasta la jugada indescriptible y el pase de Redondo a Raúl en la final de la Champions contra el Manchester de Beckham y Scholes. Pasé por Van Basten, Gullit y Rijkaard en el Milan y Cantoná (y el hincha), el beso de Maradona y Caniggia, Romario en el 94’, la final de la UCL que el Manchester le robó al Bayern y la que le ganó el Barcelona al Arsenal en la última temporada. Falté a mas de una clase por ver a Figo sacar un centro o por maravillarme por una chilena de Rivaldo. Vi figuras crecer y decaer, vi a arqueros y delanteros comerse goles.

Una de las cosas que mas me ha impresionado en la vida fue ver el codo del Cilindro de Avellaneda repleto de hinchas de Racing un par de temporadas atrás, cuando estaba quebrado. Iban a la cancha igual, sin partido, sin equipo, a alentar igual. Ahí escuché la frasecita: “Los argentinos inventaron la pasión”. Y es cierto…

He fundado ya tres equipos (St. Withords Utd., Los Socios y Uganda F.C.) y hoy se ha de realizar la reunión oficial para inaugurar al Club Social y Deportivo Los Intratables.

Lloré cuando perdimos en semifinal en la LBF y lloré cuando la ganamos al año siguiente. No hablé cuando Leonel Herrera hizo el tercero contra Olimpia el 911, no tuve palabras. Lloré cuando el Dr. me dijo que eran 3 meses sin jugar por la hepatitis. Me adelanté 2 semanas de reposo con el esguince de tobillo y se me hizo crónico…

Me emocionaría mucho pisar el Camp Nou repleto, en el partido contra el Madrid que tanto aborrezco; Ir a la Bombonera a ver “El Clásico”; visitar el Gigante de Arrollito para ver, para mi, el mas grande de los clásicos: la lepra contra los canallas.

Y domingo a domingo mirar llegar de a poco a mis amigos a la cancha, ponerme los zapatos, amasar un poco la redondita y esperar el pitazo.

Jugar de “6” es un arte, una posición donde aprendes todos los partidos. Lo primero que tienes que aprender es que es un juego mental: la mitad es lo que corres, la otra lo que hablas. Si mareas hablando a tu marca, certifico que tienes la mitad del trabajo listo.

Luego, como dice el refrán: “el que pega primero, pega dos veces”. Ningún árbitro te muestra tarjeta en el primer foul del partido, ninguno. Le dás, que se levante y te vea. Si consigues esto, estás listo. Quien ha pegado y recibido sabe.

El resto del partido es ratificar: le conversas, le recuerdas a su hermana, su “cariño” al tobillo y una que otra mas fuerte. Si es necesaria la amarilla, que valga la pena.

A pesar de todo eso, no se confundan, la pelota no se mancha.

Tuesday, July 18, 2006

Ellas

En la vida me he enamorado con locura dos veces, más otra menos intensa. Hoy, a pesar de todo, trato de encontrar que tendrán esos tres personajes fantásticos que me encandilaron tanto.

Lo primero es, sin dudas la alegría. Que insoportablemente alegres son. No se puede un dejar de reír o mover si se está cerca de ellas. No se si era solo yo o para todos realmente iluminaban alrededor. Son de una riqueza tal, que su ausencia se vive como una sed desagradable, amarga, intolerable.

Por otra parte, las tres son preciosas. A su manera y en su estilo, unas mas de lejos que otras, pero todas desde el corazón. No aparecerán jamás como modelos, porque su no son ni Tonka ni Britney; son originales, nuevas, diferentes, únicas. Son lindas, el complemento entre la estética y el cariño.

Son inteligentes, cada una a su manera me conquistaba hasta que ella tuviese la razón; hasta que me sorprendiera por la diferencia de su razonamiento o la claridad de su exposición. No son de palabras intrincadas o retorcidas, sino de líneas de pensamiento claras, rozando lo obstinado. Pero siempre elegantes para perder un argumento.

Pues eso es quizá lo que mas me encantaba de ellas, su elegancia. Para moverse y hablar, para comer o enojarse. Para pedir y dar. Elegantes, finas como el trazado de la primera línea en el papel blanco.

Todas tienen un genio horrible y no hay nada que me pueda gustar mas. Cuando de a poco algo, mísero, torpe y ordinario las molestaba tanto que rabiaban como una niñita por el chupete. Me encantaba y era tan fácil poder hacerles cariño. El orgullo era algo que no conocían y a alguna se lo enseñé yo…

Por último, entre tantos otros que les perdono, tienen una fuerza que jamás tendré. Si algo se les mete entre ceja y ceja, lo quieren de verdad, son capaces de todo. No miden, porque no les interesa, las consecuencias de sus actos. Van de frente hacia su objetivo y lo toman. Me ensañaron eso, las tres y una mas que otra.

Monday, July 17, 2006

Viña

El fin de semana que recién pasó, pasó y dejó consecuencias. El viernes, para desquitarnos, se juntó, sin tener identidad aun, parte del Club Social (y Deportivo) Los Intratables. Llegamos sin inmutarnos a la casa de Andrés, cada dos con su piscola.

Tarde ya, tipo 2 nos fuimos con rumbo conocido a bailar. Ese local que ya se está transformando en tradición. Te topas con uno que otro conocido y otra que te sorprende. El ritmo de la música que hace que te muevas mas de lo que te mueve la gente que te pasa por el lado. Me mueven, miras, te miran. Me río.

La verdad es que fue una noche de sequía. Terminamos sobre la tarima, una vez mas…

De vuelta pasamos a otro lugar común de viernes y sábado: Burger King. Como sirve al otro día haberse comido alguna “cosita”. Sin embargo, llegar a dormir tras ese “pataché” es toda una dieta…

6.52 am dice el equipo de música cuando pego la cabeza a la almohada. Obligado a poner la alarma a las 16 hrs. para zarpar a la capital de la V región.

14.30 pm “I feel good…” Contesto el teléfono inconscientemente. Matías. OK! Se adelantó el buque! Ducha rápidamente, almorcé con mi familia y a la carga. La cara de Matías cuando me pasó a buscar tampoco era la mejor. Era víctima de los placeres de costa varua. Pero lo que venía ameritaba…

El novio es un gran amigo de ambos. Ameritaba ese esfuerzo “extra”. Líder del puente nuevo. Dos listas, 30 minutos. Caja. Kennedy, departamento de Matías. Cargamos lo que faltaba y nos fuimos. Escala en Manuel Montt, para recoger otro pasajero. Triturado también por la noche anterior, había escogido correctamente el buque.

Llegamos a las 20 hrs. a destino. Ya había llegado mas gente a Bosques de Reñaca (www.bosquederenaca.cl) . Después de todo éramos 18. Pero que agrado llegar y que la parrilla ya estuviese prendida… Saltaron solos los choripanes y una pulpa de chancho. Aliñamos otra a la mostaza.

Mientras el resto del equipo parrillaba y piscoliaba tranquilamente, cocinamos una especialidad culinaria: pimentones rellenos a la parrilla. Una delicadeza.

Tipo 10.30 la cosa se había puesto en su lugar. Un par de piscolas por comensal, y mucha comida. Desgraciadamente, producto del atraso de parte del equipo, no alcanzamos a ver el video de la novia.

Las señoritas se presentaron a las 12.30 am. Eran dos ladies. Los detalles me los guardo. Ladies…

Depués que a varios se les pasó la curadera al perder la virginidad de los ojos, decidimos lanzarnos al arte, a la deriva en la noche. El buque esta vez era un furgón de los 80, casi onda hippie. Pasamos por una posa y algo se le mojó a la cagá y nos dejó en pana. A un pelota, mientras empujábamos, no se le ocurrió nada mejor que ir llamar a la novia al celular. Le gritaba que estábamos perdidos y en pana, que Felipe no podría llegar al matrimonio. Ella entró en desesperación y nos comenzó a llamar a todos al celular. Como todos oímos, seguimos la broma…

El tema es que no había auto. Así que pasó un tipo en auto que llevó a alguien en busca de un auto. Estacionamos la “van” y partimos a la Kamikaze.

De entradita nos querían pintar la cara con 5 lucas en la entrada a las 3.30 am. Quizá que le habremos gritado al tipo que bajó rapidito a 3. Estaba bastante llena. Eramos una horda de 10 personas. Me subí a una tarima a buscar al equipo que ya se había difuminado. Estaba en eso cuando ví a una chica muy bonita bailando. Me devolvió la mirada. Tenía una risa muy coqueta. Llegó el negro, le comenté, se rió. Levanté la ceja.

No les miento amigos, que en 10 minutos paró de bailar con el tipo. Se fue rauda a la barra… No tenía mas alternativa, era ahora o nunca. “¿Baila señorita?”. Se ríe y le tomo la mano.

Coté se llamaba y nos reíamos bastante con algunas canciones nefastas del DJ. Vuelta para acá, vuelta para allá. Lo mejor fue cuando llegó el reaggeton. Que te voy a decir…

5.30 se prenden las luces y tras vuelta y vuelta salimos abrazados y de la mano… Se me iba la lola cuando le tuve que preguntar por su teléfono, el cual ahora tengo celosamente guardad. Me preguntó antes si de verdad la iba a llamar... que se creerá?

De vuelta a la cabaña, 6.00am, me enteró que otra parte del equipo está en un after hour (mas parecía after tour a estas alturas) en Valparaíso. Que lindo. Hice la del picado y prendí la parrilla. Seguí parrillando al ritmo del reaggeton y de dos amigos que apañaron. Tipo 7 am apareció el cuidador de las cabañas, inconsciente por el sueño. “Por favor bajen la música”.

Me acosté cuando sentí llegar el otro auto y pusieron mas reaggeton…

Aqui Vamos!

“Aquí Vamos!” suena como el título del último álbum del gran Gustavo Cerati. Más allá de eso, vámos!

Este es mi segundo blog, la evolución de mi persona hasta este momento; este nuevo momento. De ahí viene también “polo”. Si bien me bautizó una amiga como polo (a ella también le cargaba mi nombre), me gustó así que me lo quedé.

Estimados todos, si llegaron aquí es probablemente porque me conocen o porque conocen a alguien que me conoce. Bienvenidos a este lugar de anécdotas, pensamientos y reflexiones, risas y cualquier otra cosa que tenga cabida.

Aquí vamos…