Thursday, March 20, 2008

La desilución

Tengo hoy tanta pena. Tanta desilusión. Cuando te mienten, cuando te dinamitan los cimientos de la confianza en la que basaste todo es terrible. Mas allá de la sensación de debilidad con la que quedas para enfrentar otras relaciones, te queda una sensación de asco; un asco incomprensible con las personas.

La pena que siento es un humo negro, como de un plástico quemado. Es tóxico pues corroe por dentro lo que respiro y lo que pienso. No me deja ver en su oscuridad lo que tengo que hacer y su densidad a veces me atrapa en los movimientos. Cual bombardeo, paranoicamente soy impulsado al borde de la psicosis con elucubraciones y planes que rellenan hojas y hojas de conciencia, llegando a nada.

La desilusión es terrible, genera un vacío tremendo. No se si el odio se da en concomitancia o alternancia, pero la sensación de hastío pareciera incrementarse exponencialmente cada vez que siquiera rozo tu recuerdo.

La culpa es un invento muy poco generoso como dice Calamaro. Especialmente para estos momentos, donde la esperanza no es mas que un nombre.

Tengo una pena que me quita las fuerzas, que no me deja ni dormir ni descansar. El insomnio me tortura con sus despertares precoces y las horas en la cama hasta que suene el despertador son latigazos.

Tengo tantas ganas de perdonarte, pero es imposible. No porque no quiera, sino porque no sabes siquiera lo que has hecho. Has roto lo que mas te costó crear, caprichosamente, solo porque no sabes lo que vale. Te has equivocado sospechando tu error, pero sin valorizarlo correctamente. Y cuando lo notes, no sabrás pedir perdón, no lo harás y lo lamentarás. Has aprendido bien, no te culpo, es lo que viste siempre.

Tu falsa ingenuidad amarrada a tu pelo rubio ya no me engañan. No soy más victima de tu histeria de manual, ni de tus ojitos preciosos mirando al cielo. Solo podría ser victima de una mujer rescilente con tu nombre.

No siento culpa, siento pena, desilusión por lo que puedes ser y no serás. No soy tu Mesías ni el dueño de la verdad, mucho menos quien te va a extender una mano ahora, pero me da mucha tristeza ver como se ahoga una mujer tan linda de corazón en las fauces de malezas de mentiras, desaciertos y mas mentiras aprendidas.

Y si lees esto, no entenderás.

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