Monday, July 24, 2006

Gracias por ser hombre

Anoche fui al cumpleaños de una muy buena amiga de la universidad. Como era domingo comenzó temprano todo. Tipo 9 estaba sentado en un sillón del living con un pedazo de pizza en la mano. Conversábamos compañero que no nos veíamos hacía tiempo acerca de los profesores, las pagas, el mercado, la especialización y los posgrados.

Como en todo cumpleaños, la cumpleañera deambulaba por todos lados atendiendo a sus invitados y pululaba a ratos por nuestro grupo. Así también entraba mas gente y se incorporaba a los temas que ya hace rato habían dejado de ser los exclusivos de un grupo de amigos de universidad y habían girado a la noche, las parejas y sus derivados.

De a poco, a medida que corrieron las piscolas y las horas, la gente se comenzó a ir. Así, ya divertido, me encontré conversando con una buena amiga de la cumpleañera, la Poly. Partimos por los posgrados, España, mi fetiche con Barcelona, Europa en general, Mykonos y mi tramitado pasaporte Húngaro. Nos fijamos en Barcelona, donde ella había estado viviendo por 6 meses. Había tenido una pésima experiencia con la partner con la que se fue.

La Poly es morena y con el pelo bien crespo. Tiene unos ojos grandes café, pero se caracteriza mas que nada por la voz aguda que acompaña su locuacidad. De a poco, y sin saber como, habíamos pasado por los trabajos de ambos, el monopolio de los grandes supermercados nacionales y habíamos varado en la ropa interior. ¿Cómo mierda terminamos ahí dos extraños en un cumpleaños de domingo?

La verdad es que mi aporte se reducía a las preguntas de un inculto, si bien admirador del tema, que no conoce mucho. Claro, yo solamente me compro un par de boxers cada cierto tiempo, y para jugar fútbol tengo unas patas de lycra…

Lo mas curioso fue entender lo traumático que era para las mujeres comprar estos ítems (ojo que esta apreciación la hago en base a los comentarios de ella y no a una “gran masa de entrevistadas”). Según la poly hay tres categorías para los calzones: de abuelita, de puta o incómodos… Y para eso hubo que dejar fuera el eterno tema del colaless, que de a poco cayó entre los incómodos y los de puta.

Claro, decía, si es muy apretado se escapa el rollo. Por otra parte el colaless da una mejor imagen, pero no es tan cómodo. Solo se usaría, entonces, si el pantalón lo amerita. Para mis adentros, a estas alturas, me imaginaba el dilema en la ducha todos los días cuando había que elegir lo que me pondría: Pantalones A, calzones B… Ah! No! No se puede porque se marcan… entonces los pantalones B. Ah! No! No combinan con la polera C, la que dicho sea de paso solamente se puede poner con sostenes blancos… Cresta! Con razón se demoran tanto en la ducha!

Y cuando pensé que tenía semi dominado el tema y me creía un experto, pasamos a la parte difícil: los sostenes. ¿Alguno de mis lectores sabía que hay 3 tallas para cada sostén? O sea que para que queden bien deben coincidir tres variables!!

Entonces, junto con la explicación técnica se venía la mímica de la prueba de sostenes. Debe haber sido un espectáculo bastante especial ver a esta parcito conversando sentados haciendo todo tipo de mímicas referente al tamaño de las pechugas, la transparencia o el encaje.

Me comentó que siempre que pasaba por la zona de ropa interior miraba para ver si había algo que le gustara, siempre! Porque era tan improbable encontrar algo que había que maximizar las posibilidades. Incluso me confesó que llevaba 4 meses buscando y no había encontrado nada que le gustara 100%. Y pensaba que para mi el mayor dilema era el color...

A estas alturas quedábamos pocos, unas 15 personas. Entonces le comenté acerca de mi disyuntiva cromática. Pues bien, si todo lo anterior era complejo, el color era también un tema táctico y fundamental. “Imagínate ponerme una polera blanca con sostenes negros… Se te trasluce todo!” Claro! Toda la razón, otro factor mas que hay que agregarle a la ducha matutina donde se elige la tenida del día.

Cuando la Poly se iba, solamente le pude decir que daría gracias a Dios por haberme hecho hombre. Se rió de mi empatía.

En el auto, llegando, concluí que jamás le regalaría ropa interior a ninguna mujer: es imposible achuntarle.

1 Comments:

Blogger La lelo said...

amigo querido, que bueno que ya estas al tanto de todo este tema de la ropa interior femenina y que veas que la vida de una mujer no es nada de facil,jajajjaja...un calzon o un sosten no es una desicion al azar es todo un dilema jajaja...agradece que la unica variable en tu vida sea el color ...exelente post...

7:26 PM

 

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