Tagadá

Desde hace dos días (justo para el cumpleaños de mi hermana Catalina) que me siento como el boxeador que va cayendo a la lona con los ojos fijos en ninguna parte, grogy. Como la pelota de un tacataca, me empujan para todos lados y aun no encuentro ningún arco. La verdad es que este “destino” o plan es bastante difícil de digerir o comprender.

Mi abuelo, el único que conocí y con el que he aprendido a jugar fútbol, que me cuenta la otra historia de los hechos o sus vivencias en Marruecos a los 20 años. Él que fue Decano de la faculta de Arquitectura de la Católica de Valparaíso, el padre de mi mamita, de quien soy su nieto mayor. A ese que le recitaba poesias a los 3 años. Él, quien nos une a todos en torno a el para los veranos y que juega fútbol con sus nietos a sus casi 80 años. Él, a el le encontraron cáncer este martes.

Súmale al cóctel que te llame una chiquilla guapa, para que salgan. Que te inundan en el corazón las ganas de que me abrace esa mujer y poder llorar las penas. Y por otra lado, el narcisismo florido de macho cazador, que me lleva a salir igual, a seguir.

Como si fuera poco, este 25 de Agosto daré mi examen de grado. Y la pega… ahh, la pega: mas que nunca. El tiempo escasea y la angustia invade.

Me siento en un tagadá, como en Fantasilandia, dando vueltas a toda velocidad, sin poder elegir para donde voy, saltando de un lado a otro, tratando de apagar incendios, con la imposibilidad de ponerle un freno a todo esto.

Matrimonio este sábado; Asunción de la Virgen el 15… ¿Que mierda pasa?¿Que mierda hago?¿Por donde boto todo esto?¿Para que mierda pasa todo esto?¿Que tengo que aprender?